A la comunidad artística


Queridos amigos

Inmunizarte promueve por medio del arte estados de bienestar. La experiencia de emprender inmunizarte nos enseña a imaginar (repensar) lo que significa arte; pensábamos que esta idea podría contribuir al bienestar, de hecho, ha sido emocionante ver la creatividad de los artistas que nos han ayudado, la disposición, y la entrega al compartir su trabajo. El resultado ha sido mayor, no sólo artístico, aunque es obvio decirlo, hemos visto cómo transforma el arte a la ciudad, al alma, al cuerpo….

martes, 5 de mayo de 2009

Neftalí Báez: Fluorescente

Sola al fin, se disponía a disfrutar del placer secreto. Robó el foco incandescente de la cocina y lo puso en el baño. Lo encendió y un último centelleo escapó de la bombilla, exhalación de un filamento ahogado en oscuridades.

Con antojo de algo nuevo halló un bulbito fluorescente que con un brillo sordo inundó de alba el cuarto de baño. “Fiat lux”, dijo ella.

Trajo un palo de escoba además de un hule arrugado del que sobresalía una válvula de plástico, cerró la puerta y la ventana, colocó el tapón a la bañera y al lavabo, se desnudó hasta quedar sólo en pantaletas. Infló el hule hasta su forma de salvavidas, y con el palo de escoba se acercó al foco con la intención de romper aquella pecera de fotones, al modo descrito en La luz es como el agua, de García Márquez.

Entonces rompió el foco fluorescente, antes incendiado con la blancura de un manantial de luciérnagas bailando.

Pero la luz se marchó con el eco que salpicara el mosaico.

Con la débil luna un girasol asomó tímido por el socket. La mujer tiró de él.

Entonces todo un jardín de flores se le vino encima.

Rosas, lilas, azaleas, begonias, margaritas, nenúfares blancos y amarillos, campanillas, amapolas, gardenias, jazmines, aves del paraíso, flores de loto, nochebuenas, azucenas, geranios, magnolias, violetas, flores de lis, flores de calabaza…, seguían floreciendo de aquel socket, inundando todo tras derribar la puerta del baño para extenderse por la casa.

La mujer quedó inmovilizada. Un turbante de tulipanes coronaba su cabeza, unas flores diente de perro y boca de león se le habían enroscado en las piernas y otras sello de Salomón en las nalgas.

Un narciso de los poetas hirió su corazón “¡Ah, flores del mal!” dijo y fue la única locución que escapó de aquella marejada edénica de aromas, colores, formas y polen.

Las flores seguían brotando como de una chistera mágica sin control. Ya se extendían por la calle como en busca de tierra prometida.

“Hagan algo” se oía decir a las vecinas cuando se cansaban de arrancar flores. “Esas orquídeas son mías, comadre, no se mande”. “Llamen una ambulancia que ya me corté con las flores del cactus”.

Un realista mágico vio aquel pandeflorium y pensó en un corte en la planta de luz.
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Neftalí Báez Rendón es escritor del colectivo Tormenta en el tintero de Celaya Gto. Sede virtual en http://www.tormentaeneltintero.blogspot.com/

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