A la comunidad artística


Queridos amigos

Inmunizarte promueve por medio del arte estados de bienestar. La experiencia de emprender inmunizarte nos enseña a imaginar (repensar) lo que significa arte; pensábamos que esta idea podría contribuir al bienestar, de hecho, ha sido emocionante ver la creatividad de los artistas que nos han ayudado, la disposición, y la entrega al compartir su trabajo. El resultado ha sido mayor, no sólo artístico, aunque es obvio decirlo, hemos visto cómo transforma el arte a la ciudad, al alma, al cuerpo….

miércoles, 27 de mayo de 2009

Fernando Velasco: Qué Payasos

Fernando Velasco: Gaby

jueves, 21 de mayo de 2009

La importancia de los colores - Sara Flores Vargas

“Hágase la luz”, dijo el hacedor de todo, y las tinieblas desaparecieron. Luego dio forma a los animales. Cuando hubo terminado su tarea quedó complacido, pero notó que le hacía falta un insecto, así que cerró su mano y sopló sobre ella, y al abrirla, ahí estaba: una hermosa mariposa blanca.

Satisfecho, dijo:

— Eres perfecta. Tú vivirás más que cualquiera de los otros animales de mi reino. Nunca te faltará néctar. Podrás volar grandes distancias.

La mariposa voló, agradecida.

Al paso del tiempo, la mariposa vio el mar, y pensó: “su agua es transparente, sin embargo a veces se ve azul como el cielo, y a veces verde, como la pradera. Los peces. Cuánto colorido le dan.”

Después contemplo la melena dorada del león y, más allá, la cola del pavo real que tenía todos los colores del arco iris. Y se dijo:

— Yo no soy perfecta. No tengo color.

Era realmente desdichada. Entre más veía a los animales, al mar, a las flores, más imperfecta se sentía. Así que tomó la resolución de ir a ver al hacedor de todo. Voló por mares, montañas, praderas, desiertos. Y cuando estuvo frente a él, le dijo:

— ¡He sido engañada! ¡No soy perfecta! Todos tus animales tiene color y yo soy blanca. El blanco es la ausencia de color.

El hacedor se le quedó mirando y contestó:

— Eres perfecta. El blanco contiene todos los colores, aún cuando nadie los vea.

Pero ella insistió, diciendo:
— Para ser realmente perfecta y bella, necesito que los demás puedan ver mis colores.

El hacedor, con tristeza, le preguntó entonces:

— ¿Darías cualquier cosa por ello?
— Sí.
— Eso significa que tu vida se acortará considerablemente.
— No importa. Quiero ser perfecta. —Insistió la mariposa.
— Siempre has sido perfecta, pero sea como lo deseas.

La tomó nuevamente en su mano y volvió a soplar, transformándola en una oruga.

Y cuenta la leyenda que, desde entonces, la mariposa pasa mucho tiempo siendo oruga, pues tiene que transmutar el blanco en arcoíris. Y cuando al fin extiende sus alas, su vida es efímera. A cambio tiene visibles sus colores.

viernes, 15 de mayo de 2009

Dolores Castro Varela: El huizache

Nada sabe decir
pero le llega un golpe de frescura
y en un gozo aromado
hasta las ramas
sube su flor,
dorada como el sol que le quema.

Erizado de espinas se levanta
en la mitad del llano.

Su fronda
es una copa
de polvo.

Cuando la roza el aire
es una tórtola
triste de sed.

Ay, pero en el verano
el huizache recibe
la humedad de la tierra

Su débil tronco olvida,
reverdece las hojas
ablanda las espinas.

Ay, pero en el verano
en una sola flor
amarilla, pequeña,
canta toda la tierra.

lunes, 11 de mayo de 2009

Gorbel Cavamares: In felicidad

Yo le dije a mi prima, la que trabaja conmigo en la tortillería Las gordas jijas del maiz, que no era buena idea esa de vender blanquillo en el negocio, que el calor podría jodernos los huevos, es insoportable, el calor, la prima también, "pero lo es más la méndiga crisis, Inateo", me dijo ella.

Por eso le hice caso y un día por la mañana fui a surtir una caja de huevo. "260 huevos", eso dice allí en la caja. San Juan, huevo San Juan. Yo con dos me los traje todos. Dos huevos, huevos Inateo, eso digo yo. Me vine caminando desde la central hasta la Charcalera p'ahorrar unos pesos y ganarnos una lana extra.

Ni madres. Al medio día apenas habíamos vendido dos kilos que luego nos fueron a regresar porque estaban güeros. Méndigas prietas racistas, dije. Pero la Pillina dijo que no era esa clase de engüeramiento el de los infelices huevos. Decir, están güeros, es como decir que están echados a perder y apestosos, esto gracias a nuestra suerte de mierda en pleno tianguis y a la hora de la vendimia más encabronada. Gracias también al calor tan requetechingafregador.

Nos pusimos tristes. O sea que nos llegaron vivos y rebien efectivos el agüitamiento y la enmuinadez; la retemputación y el novalenadalavida.

Luego decíamos "total, a poco por eso vamos a amargarnos, ¡ni madres!". "Hay que hacer como que no pasa nada, Inateo", decía la Pillina; y yo: "¡A huevo!", y llegaba la redesilusión.

Nació la tarde y traía con ella un montón de gente. Para nuestra fortuna llegó con tortota bajo su bracito crepuscular a la tortillería. Nos empezó a ir bien. La gente se amontonaba frente al mostrador. "Joven, a mí déme tres, a mí dos, señorita Pillina, yo quiero diez, despácheme. Por favor, güerito Inateo, ya tengo rato esperando, yo quiero llevarme medio kilo de esos pollitos que acaban de romper el cascarón".

viernes, 8 de mayo de 2009

Fernando Velasco: Circo

Circo I Circo II

jueves, 7 de mayo de 2009

Johan Trujillo: Jardín de ensueño

Jardín de ensueño

miércoles, 6 de mayo de 2009

Oscar Wong: Poética del viento

La memoria personal me lleva a los inicios de 1987, unos meses después del fallecimiento de mi esposa. Llegué a la costa una madrugada, con mis hijos muy pequeños, pegados a mí, aterrados por el viento que azotaba como un dragón voraz: volaban anuncios comerciales, desprendidos por los zarpazos enfurecidos de Long, el dragón de viento. Es una imagen que la tengo muy grabada. En la costa chiapaneca hay temporadas donde el aire azota muy fuerte, sobre todo en otoño. En mi infancia lo escuchaba en medio de la oscuridad, o desplazándose entre la lluvia huracanada. Es terrible ver a la naturaleza descargando su furor. El dragón, ese animal mítico para mis ancestros chinos, originalmente fue un tótem para los pescadores, el conde del viento o Fei Lian; para mí es un elemento substancial no sólo en mi poesía sino en la vida cotidiana. El viento me remite al hálito cósmico, al espíritu celestial, a los ocho trigramas que aparecen combinados en el I Ching de mis ancestros. Es esa dimensión donde se esparce la voz poética, donde surge la Luz.

Cuando se habla del viento, de inmediato pienso en las sábanas que llevan a Remedios la Bella en Cien años de soledad, de García Márquez, o bien a la caracola de Piggy, el gordito personaje de William Golding en El señor de las moscas, resonando no para convocar a una nueva asamblea, sino presagiando la desgracia, el final funesto que le aguarda. Percey B. Shelley tiene un poema, Ode to the West Wind, donde invoca y evoca esa energía, indómita, cósmica denominada viento, a veces como una trompeta profética, o como hojas resecas. Pienso en los libros de Bachelard, ligados al espacio, a la ensoñación, al agua y los sueños y, desde luego, estos elementos ligados al viento. Hay un cuento de Eraclio Zepeda, en Benzulul, llamado justamente Viento. Mi memoria no es muy clara al respecto, aunque de pronto recuerdo a Revueltas, a ese cuento, Dios en la tierra, donde el viento es sórdido, devastador, ardiente, definidor de la divinidad cuando pasa por la Tierra. En fin.

En ocasiones el viento es un espacio lírico, aunque obviamente sirve de contención: circunda a las cosas, las conjura; tiene alas luminosas, a veces sórdidas; reposa sobre el agua como caricia de ninfa, o de hada. Por algo asume diversidad de nombres: céfiro, aura, soplo, hálito, brisa, etc., etc., etc. También se conjunta con el fuego y devasta los bosques (otra imagen pavorosa de Chiapas, desde luego). Robert Graves recuerda las invocaciones de los druidas, en La canción de Amergin, manejada en La diosa blanca. La inspiración surge cuando el viento se desplaza entre los árboles, o se desliza caminando sobre el agua de los lagos. Es una influencia determinante en todas las culturas, tanto como fuerza primordial tanto como energía combinada con la tempestad. Los tornados en Norteamérica demuestran su poder devastador.

De alguna manera el viento es un soporte del mundo, rompe y corrompe, a veces purifica. Significa una fuerza primordial. Es el soplo de Morgana o el silbido de Melusina al metamorfosear su cuerpo un viernes por la noche. Su color, Azul Darío; su aroma, como un espléndido vino degustado por Berceo; su textura, verde cocodrilo, a la manera de Efraín Huerta, El Grande. Alguien habló ya de la Rosa de los vientos y los atenienses de la Torre de los vientos. En su primer sentido es vectorial, desde la segunda perspectiva, un contenedor, un hálito sutil que devasta y acaso petrifica.

Ignoro si haya una poética del viento. Y si la hay debió habilitarla Bachelard, o Dilthey. Desde mi particular punto de vista una poética del viento establecería íntimas relaciones con el agua, la tierra y el fuego; sería una materia como los sueños, parte de un paraíso inmemorial, religioso; el viento es esa voz poética que irrumpe en la realidad, para conjurarla o devastarla; es el hechizo de Merddin, la invocación de Taliesin para modificar a la naturaleza y asustar a los falsos bardos: la englynn cobrando existencia. Es la poesía misma, revelándose, develándose en esas combinaciones sonoras, llameantes en sus significados, que se perpetúan en un canto estremecedor. Es la firma para la paz de Efraín Huerta, transformando el entorno social, el destino del mundo, nuestro futuro. Revelación o conjuro, el viento es el Logos que a través de su sonoridad crea, construye, genera ámbitos novedosos y, por ende, el orbe cobra sentido. Un día estaré lúcido para teorizar sobre esta singular poética.

Nonantzi Martínez: Invitación abstracta

Invitacion abstracta
Es la vida una invitación a diversas situaciones, nuevas experiencias, opciones, formas, emociones. La invitación nos encuentra, nos pierde, nos despierta, nos seduce, nos atrapa, nos paraliza, nos motiva, nos transforma; arrojándonos distintos, de momento a momento.

La invitación, que entre sus maneras, nos adhiere a ella tomando en cuenta que lo nuestro es la capacidad de discernir, elegir y rechazar; de dirigirnos.

Situaciones simples o complicadas que nos brindan una sola cosa: posibilidades.

Constantemente hay algo que nos atrae y que, a su vez, nos invita. No dejamos de ser como insectos que se dirigen a lo luminoso.


Invitación abstracta

Se desplaza divertida en su columpio, se acerca a ti, se aleja, se aproxima y la empujas, porque sujetarla es la pregunta. ¿Por qué sujetarla? Si la invitación abstracta no parece sostener conversaciones serias con la realidad.

Se aloja en los ojos de las personas; cuando hablan, sus palabras los rodean desordenadas; en perspectiva, se dirigen o emergen del fondo de sus miradas. Ahí está el punto, la invitación, lo que no dicen, lo que no quiero saber, o lo que me encantaría escuchar.

-Y las palabras en perspectiva... ¿qué dicen?
-Cuentan historias que en sí mismas se suponen distintas.

De momento la captura se ha hecho presente. Cambian las palabras de posición -es una constante-, desordenando las historias que en su afán de creerse distintas, se desvanecen. Se genera así una nueva recolección de curiosidades.

Es la invitación abstracta que haya, pensando que hay historias que no son debidamente saboreadas, que no han sido habitadas o creadas. Sin embargo, también se encuentra con historias que se dejan descubrir desde el instante donde la primera caricia surge.

Eso provoca que los invitados cambien de dirección.

martes, 5 de mayo de 2009

Mauricio Degollado: Todos los caminos llevan a... la luz

Camino al mar Conexión Hombre nube

Exsite un contacto más allá de la superficie, éso es lo que me anima a hacer fotografía. Empecé hace ya algunos años y no puedo terminar, es inagotable; infinito el mundo de la imagen. A través de él me reconozco, me miro y miro el mundo como creo que es; mientras más camino, encuentro que hay magia en la vida, que sólo es colocarnos en el fluir del universo, de la corriente de vida.

Nada es fácil, todo lleva un esfuerzo. Para el fotógrafo es importante seguir la intuición, el instinto, y es ahí cuando surge esa conexión infinita, cuando el ser humano encuentra su origien, y es ahí cuando el camino al mar es el mismo camino a nuestro destino: la luz.

Esmeralda Torres: Paraje

Paraje

Invado el espacio exterior, escucho los sonidos que me rodean, y, sobre todo, me doy cuenta de que mientras el mundo se mueve a un ritmo inalcanzable, tengo el privilegio de detenerme a observar una sombra que se mueve y respira como si estuviera latiendo.

Neftalí Báez: Fluorescente

Sola al fin, se disponía a disfrutar del placer secreto. Robó el foco incandescente de la cocina y lo puso en el baño. Lo encendió y un último centelleo escapó de la bombilla, exhalación de un filamento ahogado en oscuridades.

Con antojo de algo nuevo halló un bulbito fluorescente que con un brillo sordo inundó de alba el cuarto de baño. “Fiat lux”, dijo ella.

Trajo un palo de escoba además de un hule arrugado del que sobresalía una válvula de plástico, cerró la puerta y la ventana, colocó el tapón a la bañera y al lavabo, se desnudó hasta quedar sólo en pantaletas. Infló el hule hasta su forma de salvavidas, y con el palo de escoba se acercó al foco con la intención de romper aquella pecera de fotones, al modo descrito en La luz es como el agua, de García Márquez.

Entonces rompió el foco fluorescente, antes incendiado con la blancura de un manantial de luciérnagas bailando.

Pero la luz se marchó con el eco que salpicara el mosaico.

Con la débil luna un girasol asomó tímido por el socket. La mujer tiró de él.

Entonces todo un jardín de flores se le vino encima.

Rosas, lilas, azaleas, begonias, margaritas, nenúfares blancos y amarillos, campanillas, amapolas, gardenias, jazmines, aves del paraíso, flores de loto, nochebuenas, azucenas, geranios, magnolias, violetas, flores de lis, flores de calabaza…, seguían floreciendo de aquel socket, inundando todo tras derribar la puerta del baño para extenderse por la casa.

La mujer quedó inmovilizada. Un turbante de tulipanes coronaba su cabeza, unas flores diente de perro y boca de león se le habían enroscado en las piernas y otras sello de Salomón en las nalgas.

Un narciso de los poetas hirió su corazón “¡Ah, flores del mal!” dijo y fue la única locución que escapó de aquella marejada edénica de aromas, colores, formas y polen.

Las flores seguían brotando como de una chistera mágica sin control. Ya se extendían por la calle como en busca de tierra prometida.

“Hagan algo” se oía decir a las vecinas cuando se cansaban de arrancar flores. “Esas orquídeas son mías, comadre, no se mande”. “Llamen una ambulancia que ya me corté con las flores del cactus”.

Un realista mágico vio aquel pandeflorium y pensó en un corte en la planta de luz.
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Neftalí Báez Rendón es escritor del colectivo Tormenta en el tintero de Celaya Gto. Sede virtual en http://www.tormentaeneltintero.blogspot.com/

Razi Marysol Machai Chi: Mérida / Cancún / Santiago

I II

Supongo que sí, que lo que más admiro es la persistencia y el llegar al límite por conseguir algo. La lástima y la resignación temprana no me cuadran, no me llenan. Me dan una rasquera infinita. Una comezón terrible. Y sí, soy enfermamente idealista. Me late eso de intentar, al menos intentar. Y probar nuevos mundos. Quizá, por eso, ciertas palabras referentes a la asistencia, pobreza y desarrollo me revuelcan. Me tienen dando lata todo el tiempo, a cada rato. Me gusta pensar en la proactividad, en los recursos. Sin ser necesariamente optimista creo en la comprensión. Aunque sea el acto más difícil en nuestra limitada pero flexible cualidad humana. No sé si todos los sueños puedan tornarse, al menos intentarse realidad, pero sí que vale la pena luchar en grados, por conseguirles. La frustración más grande, en mi vida, al menos, sería quedarme en un plano de resignación fatal que solo evoque sonrisas nítidas y oníricas anestesiantes. Al menos intentar, supongo. Paso a paso. Un poco más.

III

lunes, 4 de mayo de 2009

Jordi Boldó: Casas

"La casa, el domicilio, es el único bastión frente al horror de la nada, la noche y los oscuros orígenes; encierra entre sus muros todo lo que la humanidad ha ido acumulando pacientemente por los siglos de los siglos; se opone a la evasión, a la pérdida, a la ausencia, ya que organiza su propio orden interno, su sociabilidad y su pasión. Su libertad se despliega en lo estable, lo cerrado y no en lo abierto ni lo indefinido. Estar en casa es lo mismo que reconocer la lentitud de la vida y el placer de la meditación inmóvil."
Immanuel Kant


[Conjunto de pintura divagante]

Casa 13

Serie de muchas más casas —reales e imaginarias— que las que pueda llegar a pintar: casa en llamas, casa que gira, casa blanca, casa de campo, casa verde, casa azul, cuatro casas, casa en medio de la plaza, casa de putas, la casa del horror, la casa de enfrente, casa que llora, casa de sal, casa alta, casa patas pa'rriba, casa del viento, casa sola, casa de nadie, casa de seguridad, casa cuna, la casa del árbol, casa de madera, casa de cambio, casa frente al mar, casa bajo la nube, casa grande, casa abierta, la casa de Dios, casa sin puertas, casa amada, la casa del vecino, casa ajena, la casa de los abuelos, la casa real, la casa de los espíritus, casa de cartón, tu casa, la casa de la montaña, casa de la moneda, casa en Barcelona, la casa de mis sueños, casa colorada, casa cuna, casa nova , la casa del fondo, la casa del perro, casa de adobe, casa suspendida, casa boca abajo, casa con rejas, casa hogar, casa propia, casa flotante, casa de muñecas, la casa del artista, la casa de atrás, la casa de Esmeralda, casa con escaleras, casa de empeño, casa de apuestas, casa de campaña, casa triste, casa de huéspedes, la casa de los locos, la casa de la esquina, la casa del herrero, nuestra casa, casa de la cultura, casa vieja, casa de piedra, casa pequeña, la casa del caracol, casa oscura, casa flotante, casa de pueblo, casa silenciosa, mi casa, casa que vuela, casa chica, casa con torre, la casa de los espejos, casa en Querétaro, casa rodante, la casa de los papás, la casa del mariachi, casa amarilla, la casa del poeta, casa cerrada, casa de los cinco patios, casa vacía, casa llena, casa de bolsa, casa abandonada, casa de retiro, nuestra casa...

Casa H

Mi taller es un santuario, un lugar donde ocurren cosas importantes y donde nada sé estanca. Me siento bien cuando trabajo. Me gusta vivir concentrado y entregarme en cuerpo y alma a mis deberes, absorto en cualquier actividad que me mantenga en vilo, que me descubra en ella y me haga olvidarlo todo. Un trabajo hecho con atención y entrega es, por sí mismo, una gran recompensa. Trabajar es encontrar la paz.

Encontrar lo que uno busca es sin duda una satisfacción, pero agradezco más las sorpresas, el regalo de lo imprevisto que nos abre a la posibilidad de lo inimaginable, de lo extraordinario.

Dos cosas más quiero decir. La primera, que el miedo sólo se combate desde dentro, aunque solemos combatirlo desde fuera; y, la segunda, la certeza de que a lo que más miedo le tengo, es al miedo de vivir con miedo.

domingo, 3 de mayo de 2009

Ernesto García Mingüer: Pescadores de perlas


El video corresponde a un fragmento de la ópera Pescadores de Perlas, escrita a los 24 años por Gorge Bizet.

La trama está compuesta por dos personajes, hacen un dueto donde hablan de aquel momento lejano en el cual se enamoraron de la misma mujer prohibida, una hermosa sacerdotisa de Brahma. Ese evento los alejó como amigos, así que estamos hablando de un reencuentro; los dos vuelven a jurarse amistad, dejando el pasado atrás y el esplendoroso recuerdo junto con los sueños de juventud, donde estar enamorado era motivo suficiente para dar la vida.

En lo personal, encuentro valioso el significado de este dueto, porque resalta la intensidad y el valor de la amistad que sobrevive a los episodios más difíciles, lo cual regirá la trama de toda la ópera, y que de hecho, rige muchos de los episodios de la propia vida en todos nosotros. Fácilmente puede considerarse como un tributo a la amistad, y si sumamos la hermosa música de Bizet, tenemos una obra única en su género.

Junto con mi compañero, el tenor Antonio Carcanio en el papel de “Nadir”, los invito a disfrutar de ésta interpretación, grabada el 26 de abril del año 2008, en el Auditorio Silvestre Revueltas del Conservatorio Nacional de Música.

Traducción:

Nadir
Al fondo del templo sagrado
adornado de flores y de oro,
¡una mujer apareció!
¡Creo verla todavía!

Zurga
¡Una mujer apareció!
¡Creo verla todavía!

Nadir
La gente arrodillada
la mira, aturdida,
y murmura por lo bajo:
¡Mirad, es la diosa!
¡Aquí, entre las sombras, viene y
hacia nosotros extiende los brazos!

Zurga
¡Su velo se levanta!
¡Oh, visión! ¡Oh, sueño!
¡La gente cae de rodillas!

Nadir y Zurga
¡Sí, es ella!
¡Es la diosa
más encantadora y bella!
¡Sí, es ella!
¡Es la diosa que desciende
entre nosotros!
¡Su velo se levanta
y la gente cae de rodillas!

Nadir
¡A través de la gente
ella se abre camino!

Zurga
¡Su largo velo
nos oculta el rostro!

sábado, 2 de mayo de 2009

Carlos Herrera: Flop

Carlos Herrera: Flop
Flop
2009 Tinta china sobre papel

Esta imagen fue creada bajo el espíritu del Sumi-e (o pintura zen) y del clown. Justamente, la palabra "Flop", traducida al español quiere decir "Fracaso", y es esto último parte importante de la escuela de clown que encabeza, en Francia, Philippe Gaulier, quien observa el fracaso no como un aspecto negativo del hombre, sino como un potenciador de la hermosa humanidad que existe en cada uno de nosotros; el fracaso, pues, como un maestro que nos sugiere dejarnos ir dentro del flujo de un proceso de reconocimiento, en el cual hacemos frente a nuestro ego, acercándonos a nosotros mismos a partir del otro, ejercitando la humildad y la inocencia, compartiendo el placer de procurar la risa.

David Testal: Puedo

viernes, 1 de mayo de 2009

Fernanda Luna: La epidemia

Desperté tan quitada de la pena como cualquier otra mañana de viernes cuando vi las primeras noticias de que un catarro mutante había invadido mi querida Ciudad de México. Tal vez no me habría preocupado a no ser por el tono melodramático que usaban los peteretes que dan las noticias matutinas. Con solemnidad de panteonero, daban instrucciones como si formaran parte de una de esas películas terribles donde un mortal virus cunde por la ciudad convirtiendo en zombies a todo el que toca y en suculento alimento los cerebros de quienes, sin estar infectados, tienen que correr despavoridos para no acabar de merienda de quienes hasta hacía poco eran sus seres queridos.

Como estoy viviendo fuera del Distrito Federal, lo primero que hice fue llamar a mis amigos chilangos para saber cómo estaban. En principio todos estaban bien y sin síntoma alguno que los obligara a abandonar sus vidas para recluirse en un hospital. Quienes tienen niños, estaban buscando el modo de resolver su verdadera contingencia: Dónde dejar a los chilpayates mientras iban a sus trabajos.

En el transcurso de la mañana, las noticias continuaron. El tono era el mismo o más severo que a primera hora. Las instrucciones se repetían como un eco interminable. Se trataba de un virus muy agresivo, de muy fácil propagación y con suficiente resistencia al medio ambiente como para acelerar el contagio. Como a las dos de la tarde, continuando con mi cruzada telefónica, me comuniqué con mi primer amigo contagiado. Lo hallé desconsolado cuando me explicó los pormenores de sus malestares. Poco a poco fui hablando o me fui enterando de más víctimas.

Al día siguiente, las calles en el Distrito Federal y en otras ciudades estaban prácticamente desiertas, los enfermos convalecían en sus casas escuchando toda clase de versiones, desde dictámenes científicos hasta ideas ridículas sobre el origen, realidad y destino del virus fatal. Que si fue un ataque contra Obama, que el Director del Museo donde el presidente gringo cenó acababa de morir de “neumonía”, que había sido un accidente con un arma biológica, que era un virus extraterrestre, que era una mentira del gobierno y el G7 para esconder una crisis sin precedentes, que es un chupacabras reloaded o que nos íbamos a morir todos. Minuto a minuto me enteraba de nuevos casos, hablaba con amigos que habían también caído enfermos.

El domingo vi al primer enfermo en Cancún. Las calles y centros de reunión comenzaron a vaciarse. La enfermedad había cundido como cuando el agua desborda un vaso. En el transcurso del día vi caer enfermos a otros y, esa misma noche, viendo las noticias experimenté los primeros síntomas. Antes de poder conciliar el sueño, la epidemia me alcanzó. Ya estaba enferma de miedo.

El paso de los días, me ayudó a atemperar las cosas y formarme un criterio sólido.

1. ¿Hay una emergencia sanitaria real?
Sí, hay gente enfermándose y ha muerto gente

2. ¿Voy a morir de influenza porcina?
No, si tomo precauciones. No he de morir por eso, incluso si la contrajera.

3. ¿Debo tener miedo?
No voy a tener miedo de un catarro, porque sé cómo prevenirlo y sé que si me siento mal debo de acudir a un hospital al primer síntoma. Sin duda allí salvaré mi güerejo pellejo.

4. ¿Es esto de la influenza algo terrible e irremediable?
La influenza porcina es una enfermedad muy inoportuna y trágica para quienes han muerto y para sus seres queridos, pero lo que es terrible es la epidemia de miedo. Esa nos hace débiles y manipulables. Un problema, por real que sea, no debe determinar mi comportamiento sobre otras cosas ajenas al problema mismo. Dicho de otro modo, yo no habría reelecto a Bush, por miedo a que más aviones se estrellaran contra otros edificios. Sólo con miedo ese hombre fue presidente de Estados Unidos ¡DOS VECES!

5. ¿Es todo esto motivo para atacar o aplaudir al gobierno?
No lo creo, muchas razones nos ha dado el gobierno para echarles trompetillas “desdendenantes” de la epidemia, esto simplemente es algo que está pasando y que el gobierno administra. Lo demás son teorías que van de lo alarmante a lo ridículo. Es mejor esperar sin buscarle más pies al gato, sin hacer que de nuestro miedo dependa nuestra percepción y sea un medio para dejarnos manipular.

Hoy en un noticiero un funcionario de esos de alto pedo y traje de Hugo Boss, afirmó que cuando recibieron las primeras noticias del virus calcularon que vendrían muertos por carretonadas. Eso explica el tono de la alarma ¿Fue ese tono de alarma lo que evitó las horribles “carretonadas”? Puede ser. Creo que los ciudadanos reaccionamos bien cuidando exageradamente nuestra salud. En estos casos no hay precaución que sobre. Nunca nos habíamos prevenido tanto y tan eficazmente de contagiarnos una gripe. Con esa actitud ciudadana le estamos ganando a la epidemia, es cosa de seguir así pero ya sin miedo. Es momento de darle paso a la alegría, al optimismo. La risa es un remedio eficaz para muchos males.

Lo real es que, al final del día, cuando se le gane al virus, los héroes seremos tú y yo. Los héroes seremos todos.